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A Cristo, sólo a Cristo.
El error más grande que podemos cometer como “líderes” de lo que sea que seamos dentro de nuestras congregaciones, es dejar que ese “título” nos consuma y nos invada el ego y nos lo creamos hasta el punto de no mirar más allá de nuestra nariz. El error más grande que podemos cometer en la vida es llevar a la gente hacia nosotros, en vez de direccionarlas hacia Jesús.
Es normal que muchas veces dentro de esta posición de "liderazgo" algunas personas se sientan más en sintonía con nosotros y quieran compartir mucho tiempo con nosotros que con otros. Algunos se sienten inspirados, motivados, desafiados incluso a cambiar ciertas aristas de su carácter debido a esa inspiración que otro les provocó. Hasta ahí no está mal, está muy bien, Dios nos de gracia para poder mostrar siempre su amor a través de nosotros, hacer nuestra tarea, predicar las buenas noticias; Ser sal que sale, y ser luz que ilumine.
El problema radica cuando no sabemos dar un paso a atrás y no logramos entender que la honra en exceso termina por ser idolatría. Está muy bien que nos amen y hasta nos respeten si es que nuestro testimonio respalda ese respeto, pero cuando creemos que somos el corazón de este cuerpo y somos los pulmones, y somos las manos, y somos los pies y también somos la cabeza, entonces hemos cruzado una línea muy peligrosa, porque entonces habremos usurpado el lugar del novio, mintiéndole a la novia.
Nosotros sólo somos amigos del novio, invitados a compartir esa alegría, pero no somos el novio que es Cristo Jesús, su novia, la iglesia, siempre ha de verlo a él y sólo a él antes que a todos los demás, antes que a nosotros mismos. No nos podemos desenfocar: la novia debe ver y amar a Cristo antes de vernos y amarnos a nosotros.
No es fácil hacer esa diferencia. La línea es muy delgada entre lo que es honra y lo qué pasa a ser idolatría. y eso también ha sido en parte nuestro error por los "títulos" que cargamos. Lamentablemente hay gente que no tiene identidad propia porque se la han robado, implantando la identidad de otro, la del pastor, la del líder, la del diácono, la de cualquier otro "referente". Gente que hasta se viste igual, habla igual, piensa igual, les sacas ese piso de admiración extrema y no puede hilar una conversación pura y honesta con aquello que él Espíritu Santo les ha dotado, revelado de manera personal y única. Simplemente no pueden porque jamás pasaron horas orando y buscando agradar al señor de la mies, al dueño de la viña, sino que pasaron horas tratando de hacer todo lo posible por agradar a esa figura de líder, (ponle el nombre que quieras), haciendo todo lo posible porque esa figura los vea, los escuche, comparta con ellos, se siente a la mesa con ellos, en vez que anhelar que el padre los vea, los escuche y buscar sentarse a la mesa de la gracia del rey, la mesa más importante del universo.
Esa falta de identidad no es solamente propia de los niños. Los adultos están enfermos por usurpar una identidad. Fíjate en el líder y sus cercanos, si no hay Cristo revelado de por medio, todos hablan igual, se visten igual, actual igual, piensan igual, vas a la fuente y la fuente es el líder. Está bien mantener una línea comunicacional, eso es correcto, un hilo de pensamientos que declaren la misión y la visión y el propósito de un equipo, pero en realidad no imagino que Dios quiera la copia de la copia de la copia de la copia. Si a cada uno Dios le dio su porción, y nos dotó de dones y talentos y habilidades según la medida de su gracia y nuestro compromiso con esos regalos, (hacerlos crecer), ¿como podemos ser copias?. Un equipo de fútbol no se arma solo con delanteros o solo arqueros, cada uno de los 11 jugadores debe tener un don especial, un carácter, una habilidad especial, hecho a la medida de ese cargo y de esa responsabilidad. Todos en el equipo juegan en lugares diferentes con talentos diferentes pero juegan con la misma meta, corren hacia el mismo lado, anotan en la misma malla. Pero sus habilidades son diferentes y por eso fueron contratados y puestos en cancha.
Busca tu identidad en Cristo, no busques copiar la identidad de otro. No hay una personalidad correcta sólo la persona de Cristo es el modelo.
No seas tan impresionable. La madurez en el carácter de Cristo se trata de equilibrio. No puedes ser pura lógica y cabeza, y tampoco puedes ser puro corazón y emoción, debes tener un equilibrio para puedas tener la capacidad de razonar, discernir y recibir una formación espiritualmente saludable. Nuevamente: no seas tan impresionable. Que unos griten una hora predicando no significa que eso sea puro espíritu, conocimiento y verdad. Puede ser que si, puede ser que no. Solo debes entender que una prédica sin gritos, pausada y bien hilada, si está bajo la revelación de la gloriosa obra de Cristo en la cruz, es igual de válida y profunda que una prédica que conlleve gritos. No es una más reveladora que la otra. Lo demás, realmente es tema de gustos y formación académica, que no es más que solo un dato de la causa. Lo que nos gusta y lo que no, es un dato irrelevante.
Piensa en este ejemplo de identidad. Te mandan a orar y no sabes que orar porque en vez de orar lo que Cristo ha crecido y puesto en ti, te pones nervioso porque la persona de al lado ora largo y fuerte y tú te sientes disminuido. No hagas eso. Lo que tienes tú es distinto a lo que tienen los demás y orar "laaaaargo" en público no es sinónimo de espiritualidad absoluta. Hay gente que simplemente no sabe tener dominio propio con el micrófono o con el tiempo que le dan, así de simple. Así que ¡relájate! Bota esa mochila pesada de sentirte inferior. Haz lo tuyo, sé autocrítico contigo en equilibrio, no te excedas, busca mejorar, busca crecer en el carácter de Cristo pero en tu estilo, en ese estilo único que Dios te dio a ti y punto.
Ves al de al lado y son verdaderos huracanes y tu te sientes una homiga. ¡Tranquilo!, ¡Tranquila!, Dios también se manifiesta en los suaves susurros del campo ( lee 1 Reyes 19:11-18). Es imposible que Dios se conforme con copias. El único molde es Jesús y a la humanidad le falta bastante aún para ser una obra terminada.
Una vez más, no seas tan impresionable. Impresiónate con lo que Cristo hace cada día por ti y en ti. Cuando crees que ya sabes de un tema, viene Dios y te rompe el molde y te da más aceite y más harina y el aceite no cesa. ¡eso es lo realmente impresionante, que su aceite no cesa!. Jamás vas a estar en la estación terminal de tu vida o de un asunto. Nunca vas a conocer todo de Dios porque siempre habrá algo más que te sorprenda y te revele, y te cambie un paradigma y te rompa un molde y cree otra cosa de la nada, ¡ese es el Dios que adoramos!. Busca más de Dios de lo que buscas de los hombres, busca más de él de lo que buscas agradar a los demás. Con él y solo con él nunca es el final. Nunca habrá un final de condena, nunca serás diminuto ante un Dios que te adoptó como hijo y te ama así…como su hijo amado.
Es un insulto a su obra que pretendas ser una copia. ¡No lo seas!. Lo que a veces se oye bien no quiere decir que sea verdad. Lo que se ve bien no es garantía de que esté bien. Eres un ser único, creado de una forma particular, tienes dones y talentos que otros no, tienes habilidades distintas y cada uno tendrá revelaciones distintas según quiera el padre darse a conocer. Ama los demás, respétalos y agradéceles si te han inspirado, pero que nadie, absolutamente nadie tenga el lugar de Dios en tu vida. No seas una copia, se tú en manos del alfarero.
No lo olvides.. a Cristo, sólo a Cristo.
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